Heráclito nada (de Los apestados / Heráclito nada - En Danza 2016)


I
Olvido lo que hay que olvidar estando despierto; nadie sueña si no nada. Miro una orilla reverdecida que puede ser un ojo; la razón es un pequeño ojo. Lo que me rodea parece triste pero es pura sagacidad. Una razón desestabiliza todas las palabras que el oído no puede soportar. Se rompe la cáscara contra la orilla. Llegan noticias que viajan por el aire como nubes o desprendimientos. Habla una voz que hemos construido para entendernos. Nadando la voz se fatiga y sufre. La voz no esconde sus lujos. La voz es el manjar de la muerte.
2
El agua sale por la boca, es una fuente; se adhiere a la comunidad. Común es el aire que la lleva y la mueve. Común es la respiración que se adhiere a la comunidad. Viene de otro lado el ruido de unos escombros cayendo sobre la chata membrana del río. La comunidad se rompe, nace suavemente un huevo, un vicio lleno de saberes. El agua no sabe, muere cada vez que sabe. El agua es comunal. El saber, descomunal.
3
Los pies tocan la orilla. El cuerpo montado sobre ellos es amarillo y caliente. Caminando sobre una verde estación de hojas comienza la música. El cielo es el único tamaño a considerar. Si estuvieras cerca diría: Me complace tocarte y darte un tamaño mayor al de toda mi vida. ¿Sabés cuánto mide mi vida?
4
Tu perro está triste, Deberías enseñarle a nadar. Esos huesos que roe no pueden ser más que hiedras parásitas. Deberías atarle al cuello una felicidad bien enhebrada, leche de los astros que pueda sosegar su ferocidad. Yo tengo pocos animales a mi cuidado. Me complacería tener una boa, pero requiere cuidados que sólo le otorgué alguna vez a mi madre y hace mucho tiempo.
8
La eternidad no es armoniosa. Varios instrumentos tocan a la vez mientras los músicos fuman y toman alcohol rodeados de tiempo y de mujeres. Aquí nos incomoda la eternidad. Preferimos la finitud de los conejos, de las comadrejas, de los embarcaderos. Prefiero la finitud de tus ojos que se me hacen grandes como el río. En vos no cabe la eternidad, ninguno de tus vestidos le entra.
13
No somos cerdos. No somos inmundicia. No somos agua pura. Agua y escombro. Agua asustada.Una piedra que ha perdido el cielo de otro tiempo. La belleza nada en el luminoso polvo de los árboles, hace sonar su arpa antigua y el río se vuelve extraño. ¡Se han soltado los cerdos que corren locos por la peste! No somos cerdos. No somos inmundicias. Somos agua imantada.
16
Nado como si el agua supiera algo de mí. Una brazada y ya se abre y ya se cierra. Desaparezco de toda sequedad. El agua tiesa como una liebre no deja que ninguno de mis dedos la pretenda. Sin orificios, sus oscuras y blandas cavidades la envuelven y protegen. Dejo de nadar porque algo muerto me golpea los pies. Todo se estremece cuando somos tocados por un cuerpo que flota boca abajo.
22
El agua es transparente en la superficie, el amor no. Los primeros acontecimientos que vienen al cuerpo son las estrellas miradas desde el agua. Nadamos, ocultos en ruidos y brazadas. Toda el agua es igual a la extensión. La orilla es un reflejo mecánico. El corazón bombea y pesa en el centro del pecho como una bolsa llena de piedras. Nadie se hunde dos veces en el mismo río.
de “Los apestados / Heráclito nada” En Danza, 2016

Comentarios